pensamientos sentidos.
Mensaje sin destinatario
No te había pensado, llegaste de casualidad.
Quería ignorarte aunque no pude evitar mirarte.
Me gustó tu sonrisa.
Me hablaron de vos.
De tu sabiduría, de tu inteligencia. De cómo sos y qué te gusta hacer.
Dijeron que nos veían juntos a los dos.
Nos imaginé.
Nos miré bien y me pareció bien.
Ansiaba verte, conocerte, creerte.
Quería comentarte que te vi, me viste.
Seguro no pensamos lo mismo.
Ahora quisiera una segunda oportunidad.
Un intento por volver el tiempo atrás y no escuchar sobre vos.
Un intento por ignorarte. Ni pensarte.
Como antes. Como ahora.
Para vos parece que siempre fue lo mismo.
Robarte un corazón y seguir por ahí como si nada.
Tampoco fue para tanto.
Ahora sí veo que lo nuestro no era ni es.
Ella es mejor.
Ella se ve más linda con vos.
Ella sonríe y te hace sentir el más pro.
Tal vez ahora sos perfectó.
No quiero ya verte. Me cansé y prefiero perderte.
Falsas expectativas y una mirada desilusionada.
Algo que parecía ser pero en verdad nunca fue.
Ahora comprendo la magia de las palabras, el equilibrio del carma.
Escribo para olvidar y creer que nunca volverás.
Poco a poquito te borras del plano.
Alguien mejor llegará.
Alguien de verdad.
Con ganas de amar y charlar real.
Alguien al nivel y sin alardear.
Mientras tanto me despido.
Acá estoy otra vez deseando buena suerte.
¡Viva! el amor, la sinceridad y seguir adelante.
¡Viva! ser despechada para escribir, vivir y experimentar.
Sin vergüenza avanzar.
Espero no verte, igual te deseo suerte.
Estamos igual que al principio.
Dos desconocidos, sin historia y desagradados el uno del otro.
Sin hablar, compartir ni sonreír.
Así somos.
Así quedamos.